¡Apadrina ahora!

¡Apadrina ahora!
Pincha sobre el banner e ¡infórmate!

lunes, 1 de agosto de 2011

Tirupati y Tirumala

Yo (Rafa), sin saber muy bien por que, a veces me empeño en parecer indio, pero claro, con lo blanquito que soy, la unica forma de parecerme en algo es haciendo las cosas que ellos hacen. Y resulta que los indios, o gran parte de ellos, peregrinan a Tirumala para dar culto a Venkateshwara, un avatar del dios Vishnu, pues nada, si hay que peregrinar, pues se peregrina.

Llegamos a Tirupati en un autobus nocturno desde Anantapur (sede de la fundacion), nuestra idea era dormir en el autobus y llegar felices y descansados a Tirupati tras un trayecto de siete horas en autobus Super Luxury, pero no todo salio conforme a lo esperado: el autobus Super Luxury no lo era tanto, viajabamos con las rodillas apretadas por el asiento de delante, y algun que otro bache en la carretera no nos dejaba conciliar el sueño mas que a ratitos.

Desde Tirupati habia que coger otro autobus para subir a Tirumala, y digo subir porque esta en la cima de una montaña. Son cientos, o miles, o millones, o que se yo, los autobuses que continuamente cubren este trayecto, porque Tirumala recibe cada dia una media de cincuenta mil peregrinos.

Camino a Tirumala hay que pasar un control tipo aeropuerto, todo el mundo tenia que bajarse del autobus, pasar el equipaje por un scanner, y someterse a un cacheo (solo los hombres), el camino hacia Tirumala, segun Edurne, era bonito, pero yo aproveche para dar alguna cabezadita, da igual, ya subire otro dia.

En mi empeño por seguir haciendo las cosas que hacen los indios, tenia reservado un alojamiento para peregrinos, al que solo se podia acceder a partir de las 12 de la mañana, asi que teniamos unas 5 horas para desayunar y sentarnos en un escalon a ver pasar gente de lo mas variopinta, pero con una caracteristica comun en gran parte de ellos: la cabeza rapada, y es que en Tirupati es norma general ofrecer el pelo a la divinidad, como señal de humildad y de renuncia al ego. Asi que yo encantado con mi calva; todos los indios pensando que yo tambien habia ofrecido mi pelo a la divinidad, sin sospechar que el verdadero motivo por el que voy rapado es porque la ausencia de pelo me convierte en un hombre sencillamente irresistible (ya veis, me traje mi ego intacto de Tirumala).

Finalmente llego la hora de poder gestionar nuestro alojamiento, a todo esto, decir que durante nuestra estancia en Tirumala no encontramos la mas minima evidencia de presencia extranjera, y es que parece ser que hasta hace poco solo los indios podian acceder al templo, ademas, que a que extranjero (que no sea un poco raro) no se le ocurre hacer varias horas de cola para vislumbrar (de lejos) a un dios de nombre Venkateshwara, por mucho que se cuente, y se rumoree, que cualquier deseo que se formule frente al dios sera concedido en un futuro espero que no muy lejano.


El alojamiento no era muy alla, una habitacion un tanto aseptica, si no fuera por algun que otro bichejo que correteaba de aqui para alla, feliz y ajeno a la angustia vital de Edurne. Asi que nos duchamos, rociamos toda la habitacion con insecticida que Edurne, en su papel de Edurne, me habia invitado a comprar con anterioridad, y nos fuimos a ver a intentar ver a Venkateshwara, y digo intentar porque con cincuenta mil indios intentando hacer lo mismo aquel dia... pues claro, facil del todo no iba a ser.


Existen varias formas de llegar a la meta, es decir, de presentarse frente a la divinidad, y la forma de llegar depende de lo que uno este dispuesto a pagar. Si pagas menos, haces una cola de muchas horas, si pagas mas, haces una cola mas pequeña, cosas de la logica. Decidimos pagar mas (6 euros) y hacer una cola pequeña, supuestamente de una hora.


No es facil la burocracia en India, para entrar al templo tuvimos que rellenar un formulario con los datos de nuestro pasaporte y nuestra visa, que pasa por varias manos antes de darnos el documento oficial que nos acredita como merecedores visitantes. El policia o vigilante que nos acompaña durante los tramites nos acompaña hasta el comienzo de la cola, y antes de despedirse nos "sugiere" que le demos unas rupias como pago por su sincera amistad, le doy cincuenta rupias y el tio me mira con mala cara, me las devuelve y me dice que le de unos cuantos cientos, yo le digo que cincuenta rupias es un regalo de lo mas razonable, y el me sigue diciendo que no, Edurne, pensando que estoy desafiando a la autoridad, y temiendo tener que dejar a su marido en una carcel india, me viene a decir que le de mi cartera, con tarjetas de credito y de sanidad incluidas, pero yo sigo en mis trece y le digo que cincuenta rupias es lo que hay, que las toma o las deja, y claro, las toma.


Y asi llegamos a la cola, una masa condensanda de personas que avanzan entre dos paredes formadas por rejas metalicas, que a Edurne le produce una sensacion entre desasosiego y vacio existencial, asi que me paso los diez primeros minutos de cola animandola y diciendole que los indios son muy organizados, muy limpios, y que saben hacer bien las cosas.

Y asi llegamos a otro control con escaner, ya nos habian advertido que estaba prohibido el uso de moviles, camaras, y dispositivos electronicos, asi que habiamos tenido a bien dejarlos en el hotel, pero resulta que mi mochila tiene un par de cremalleras que pasan asi como desapercibidas, y que no tuve la precaucion de vaciar, asi que tras el primer paso de mi mochila por el escaner, el vigilante-policia me pregunta: "tienes algun dispositivo electronico, algo con pilas?", y yo muy convencido le digo que no, me vuelve a pasar la mochila y me vuelve a preguntar, y yo le vuelvo a decir que no, y le invito a que la abra. Asi que la abre y en efecto, no ve nada, pero sigue con la mosca detras de la oreja, y la vuelve a pasar por el escaner, y a todo esto, yo me acuerdo del bolsillito, y le digo: "ahhhhhhhhh hombre, que llevo una linterna con pilas", pensando que con ello ya se aclararia el entuerto. Abro el bolsillito, y al lado de la linternita con pilas aparece una navaja suiza, el guardia la saca, me mira, yo pongo cara de que no pretendo matar a nadie, el guardia abre otra cremallera, saca un mp3, me vuelve a mirar, yo pongo cara de que me gusta la musica de bollywood, el guarda sigue registrando la cremallera oculta y saca un puñado de pastillas y capsulas que Edurne, en su papel de Edurne, me obliga a llevar, me vuelve a mirar, yo me señalo el estomago y pongo cara de que a veces sufro de diarrea. A todo esto Edurne por detras... que a quien se le ocurre llevar una navaja, que veras en que lio nos hemos metido, que debiste haberle dado tu cartera al guardia del principio, que como salgamos de esta me divorcio... Total, que como era de esperar, no pasa nada, el guardia me devuelve la linterna, sospechando que no alcanzaba la categoria ni siquiera de arma arrojadiza, pero se queda con la navaja suiza y el mp3, yo le pregunto que como los recupero, y el me dice que cuando vea a Venkateshwara me vuelva a pasar por alli.

Pues eso, que seguimos en la cola, que sigue avanzando poco a poco entre achuchoncillos (no sufrais por Edurne, no fue para tanto), y gritos de fervor. A medida que se acercaba el momento el ambiente se iba caldeando y la multitud apretando hasta alcanzar la recta final. En el ultimo tramo, cuando se pasa frente a la deidad (que despues de todo el jaleo se queda a unos veinte metros), unos empleados del templo te van empujando (con cariño, eso si), para que nadie permanezca mas tiempo del necesario. Asi que cada peregrino cuenta con pocos segundos, a medida que la cola avanza, para hacer su ofrenda y formular su deseo. A mi me dio tiempo, de hecho, me sobraron un par de segundos para rascarme la oreja (con respeto, siempre con respeto), y Edurne tambien pudo formular su deseo, seguro que ambos estan en camino.

Ahora tocaba recuperar mis enseres retenidos en el control de seguridad, y como no habia forma de saber donde estaba (la cola hace un recorrido largo, serpenteante y enrevesado) pregunte al primer guardia de seguridad que me encontre, que a su vez pregunto a otro, que a su vez ordeno a un chaval que nos acompañara al control. A todo esto, Edurne, que olvidate de la navaja y del mp3, que dejalo, que te van a detener, que mejor nos vamos ya, que por que no le diste la cartera al guardia que te pidió el dinero... Pero yo, sabiendo que los indios son enrollados y amables con el turista en general, y conmigo en particular, erre que erre, hasta que llegamos al sitio del escaner, pero por fuera, desde la calle. A traves de una reja pregunte por mis cosas, un guardia con una sonrisa de oreja a oreja vino con una bandeja de la que saco mi navaja, se me quedo mirando con una sonrisa burlona, la abrio e hizo el gesto como de apuñalar a alguien, yo le dije "no, no, es para pelar manzanas" y con un simpatico gesto me la devolvio, al igual que mi mp3. Nos preguntaron de donde eramos, yo le dije que de España, nos preguntaron por la moneda española (una sutil peticion supongo), yo le dije que nuestra moneda era el euro, y haciendome un poco el tonto me despedi dando las gracias.

Camino de vuelta nos volvimos a encontrar a los vigilantes-policias del principio, los que nos acompañaron durante nuestra gestion de la entrada, nos llamaron de nuevo, y nos preguntaron si teniamos alguna divisa española, yo saque un euro de mi cartera, se lo di, y le dije que equivalia a sesenta rupias, el me miro con cara de "esto no me sirve pa na" y me pidio algun billete, yo le dije que ni de coña, mientras Edurne me invitaba a que le volviera a dar la cartera y las escrituras del piso, asi que me devolvio el euro, yo me despedi con un thank you, bye bye... y todos tan contentos, si es que al final todo sale bien, aunque Edurne de vez en cuando me recuerda que los de Tirumala tienen los datos de mi pasaporte, y creen que aun me andan buscando...

El resto de la tarde... deambulando de aqui para alla, y tan tan cansados despues del viaje y el dia intenso que decidimos cenar a las seis de la tarde e irnos a dormir al hotel. Comimos nuestro primer thali, comida tradicional india compuesta de arroz, pan, y varias salsas a cual mas picante. Sorprendentemente, yo me lo comi practicamente todo, y lo que es peor, me gusto, Edurne comio lo que pudo comer (que tampoco fue poco) y nos fuimos al hotel con la intencion de irnos a dormir antes que los Lunnis.

Al llegar a la habitacion descubrimos que el insecticida tenia sus limitaciones, y alguna pequeña cucaracha seguia correteando por ahi. Tras gastar todo el bote de insecticida y ver que la cosa no tenia remedio, Edurne, que es una santa, me propuso que fuera yo el que durmiera toda la noche mientras ella se quedaba haciendo guardia zapato en mano, pero yo, que ademas de santo soy considerado, y hombre practico, sugeri recoger nuestras cosas, dejar el hotel y coger un autobus para bajar a Tirupati, conocido universalmente por ser una ciudad sin cucarachas (o al menos, eso quisimos creer).

Asi que metimos el sueño en nuestras mochilas y nos fuimos a coger el autobus. Una hora despues estabamos en Tirupati, a los quince minutos de estar en Tirupati encontramos una habitacion bonita y limpia, y alli dormimos felices, desinfectados y contentos. Fin de la historia.


Tirumala-Templo y alrededores






5 comentarios:

  1. La que has liado con la navaja y el MP3, eh? nos hemos reído leyendo y nos imaginamos a Edurne con el zapato dispuesta a no dejar bicho viviente, y eso que llevaba bastante repelente. ¿Qué pasa con las fotos de Umesh? ya he visto las de la niña de Valle. Seguimos vuestro viaje al minuto, besitos de la familia Hidalgo Egea.

    ResponderEliminar
  2. jajaja!!! muy bueno todo, soy geniales!! y de media sois bastante sensatos. Fuerte abrazo Antillero de Pili y Joses.

    ResponderEliminar
  3. Estuvimos con el peque en las COLOMBINAS y ni se durmió ni nada,pero no quería coche;cuando alguien conocido se acercaba , se le echaba en brazos,y asi´nos tenía todo el rato.Viendo los fuegos ni se inmutó.Su dedito en la boca y mirando todo el tiempo,mientras daba botes encima del que lo llevaba.
    Estamos espectantes y ansiosos por conocer nuevas andanzas vuestras.Hoy he escrito otro comentario y en otro sitio(a continuación del tuyo)En lugar de si no hablo reviento,será ahora,"escribo o reviento".
    Besitos Colombinos" de papá y mamá Garrido-Anes

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno! Me he leído de un tirón todas las entradas (en la selva amazónica peruana no pude conectarme a internet) y me han encantado. Os podéis convertir en blogueros de fama si os lo proponéis. Muy sentido, divertido y descriptivo (casi como si estuviéramos ahí, entre la suiza, el malarone y el mp3). Las fotos, geniales, aunque serán sólo un botón del todo. Por cierto, sí, sí, el Goibi Tropical antimosquitos y otras recetas contra los inmundos bichitos son necesarias. Lo dice un experimentado sufridor del anófeles. Ahí tienes toda la razón, Edurne.
    Besos y abrazos desde la no demasiado soleada Sevilla.
    PD: Edurne, cuidadín con el fuego, que ya sabes que además de purificador, quema.

    ResponderEliminar
  5. Chicos, me está encantando vuestra experiencia; os sigo de cerca y me encanta veros felices, sobre todo a ti Edurne, que, como dice Rafa, "eres primeriza". Seguid disfrutándolo y escribiendo sobre vuestros días. Un beso fuerte, Bea.

    ResponderEliminar